¿Cómo Entender lo que Dios Pide?
¿Cómo Entender lo que Dios Pide?
El problema del siervo malo, en la parábola de los talentos, era un problema de percepción. Él veía a su amo como un señor malo, un señor duro.
Tú necesitas un cambio de percepción. Necesitas vivir, no por lo que el mundo ha dicho, sino por lo que Dios ha dicho de nosotros. Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Lo que necesitas es una palabra; una palabra que levante tu corazón, que levante tu vida; una palabra que suba al corazón y que, por la locura del evangelio, tu mente comience a ser transformada, y comiences a proyectarte de una manera diferente hacia el futuro, y comiences a ver las cosas de una nueva manera, de una nueva forma.
El problema te destruye o te levanta. El problema te destruye o te hace más fuerte. El problema te destruye y acaba contigo, o hace que tengas pasión para seguir hacia adelante y levantarte y creer en algo nuevo.
No puedes permitir que las circunstancias cambien tu mente y que traigan desesperanza al corazón. Tú lo que debes permitir es que una palabra suba a tu corazón para que cambie tu mente, y entonces las circunstancias cambien.
Mira tu vida de una manera diferente en el día de hoy.
¿Qué hacer? ¿Pensar positivo? ¿Tener una percepción positiva? Hay quienes tienen esperanza de la vida, pero entonces llegan a la parte práctica y no saben qué hacer. Y entonces andan buscando una fórmula 1, 2, 3. Sin darse cuenta que, aunque definitivamente para alcanzar el futuro que Dios tiene para ti hay unos pasos que seguir y unas cosas que tienes que hacer, tú nunca entenderás lo que Dios te va a pedir que tú hagas, si primero no lo conoces a él.
Puedes tener grandes expectativas de la vida, y saber lo que tienes que hacer, pero es necesario que conozcas a Aquel que te pidió que hicieras eso.
Nunca podrás seguir las instrucciones divinas, si tú no conoces al Dios que te dio las instrucciones.
Para tener éxito en la vida, no es tan solo necesario conocer los principios de Dios, sino que es también necesario conocer al Dios de los principios. Nunca podrás entender por qué el Dios de los principios te pide que hagas algo, si no entiendes el corazón con el que te lo pide.
No vas a entender lo que Dios te va a pedir, si tú no sabes cuánto Dios te ama. Dios no habría podido pedirle su hijo a cualquiera, como se lo pidió a Abraham. Él no le pidió el hijo a cualquiera. Él le pidió su hijo a un amigo, porque los únicos que están dispuestos a dar lo mejor son aquellos que conocen a Aquel que se los pide.
Si Abraham no hubiese conocido al Dios que le estaba haciendo aquella petición, hubiese cuestionado la petición especial que se le estaba haciendo; una petición especial que desataría el cumplimiento de la promesa de Dios sobre su vida.
Cuando tú entiendes lo que entendió Abraham, que fue Dios quien te dio lo que tienes en tu mano, y que, de donde vino eso que tienes en tu mano, hay más, entonces la petición no sería tan loca, y no tendrías reparo en entregárselo a Dios.
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