Un Nuevo Final para tu Historia

By Unknown on lunes, 25 de marzo de 2013 with 0 comments






En 1 de Samuel 30:6, dice que David se angustió mucho porque querían apedrearlo. Y sigue diciendo que todo el pueblo estaba en amargura de alma, mas David se fortaleció en Jehová, su Dios.
¿Has tenido una experiencia que te haya llevado a angustiarte mucho? La clave se encuentra en fortalecernos en el Señor, fortalecer tu hombre interior.
Tu hombre interior es esa parte de tu vida que te da autoridad, te da firmeza, y te pone en el propósito de Dios. Pero, ¿cómo fortalecer tu hombre interior? Esto es algo que se hace conscientemente.
Tú necesitas escuchar palabra, llegar a cada servicio de tu iglesia, independientemente del cansancio porque, aunque probablemente tu mente saldrá más cansada, habrá una palabra en tu interior que, cuando la necesites, va a fluir de tu interior dándote la fortaleza para perseguir, para alcanzar y para recuperar todo lo que el enemigo te ha querido robar.
Para fortalecerte en el Señor, tu mente juega un papel muy importante. Aunque la fortaleza proviene del espíritu, tu mente interrumpe lo que Dios quiere hacer en tu hombre interior.
Nuestra mente tiene dos funciones básicas: la capacidad de memoria, y la capacidad de imaginación. Todo el tiempo utilizas tu mente para recordar o para imaginar. Tú resuelves problemas, basado en el archivo de recuerdos que tienes, o imaginando la solución del problema.
Estas dos cosas están íntimamente ligadas. Tu imaginación, definitivamente, es totalmente afectada por tus memorias. La razón por la que mucha gente no puede ver un futuro claro es porque las memorias que tienen no se lo permiten ver. Sin embargo, lo trágico que tú has vivido, alguien lo puede usar como pasión para imaginar un futuro lleno de victoria, y sacarle provecho a lo que a ti hoy te deprime.
Montones de personas que han tenido el mismo problema que tú, y se han hecho millonarios contando el problema de una manera diferente. Han utilizado la tragedia para proyectarse de otra manera.
Tu proyección hacia el futuro es también indispensable para arreglar tus memorias. Es imposible borrar de tu mente tus memorias. Dios olvida tu pasado, pero él ha tratado de que tú te olvides y tú no te olvidas.
Hay quienes dicen que, cuando llegues al cielo, Dios te va a pasar toda una película de tu vida, pero, para hacer eso, Dios tendría que ir al fondo del mar, donde él echó tu pasado. Cuando Dios te ve a ti, él no ve nada de tu pasado, él lo que ve es la sangre de Cristo. Es más, él ni te ve a ti, él ve a Cristo en ti, él te ve a través de Cristo.
Aun así, Dios no ha podido hacerte olvidar tus memorias. Has creído que tú eres tus memorias, que tú eres tu pasado.
El mundo siempre te va a querer recordar lo que tú eras, pero hay poder en lo que tú eras porque, cuando se nos menciona en el Nuevo Testamento a Raab, la ramera, lo que se nos está diciendo es que Dios puede usar a una que era ramera para traer libertad. Así que, de ahí puede salir algo bueno.
En el Antiguo Testamento, Dios se llama a sí mismo el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Es curioso que Dios se llamara a sí mismo de esa manera, porque él le había cambiado el nombre a Jacob por Israel. Dios no dijo que ahora se llamaría entonces el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel. Dios siempre se llamó el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob, porque a Dios no le importa identificarse con la peor parte de tu vida. Él era el Dios de aquel que llamaban ladrón, estafador. Dios nunca tomó en consideración el nombre que el mundo le puso.
Dios no cuenta tu pasado para tu futuro, pero se le hace muchas veces difícil borrar tu pasado de tu propia mente. Por esa razón, cuando Dios te habla, te profetiza tu futuro. Él te profetiza tu futuro para que tú reescribas tu pasado, para que tú puedas reescribir tus memorias y darle un nuevo final a tu historia. 

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